Chulma Publicado 31 de Agosto del 2015 Compartir Publicado 31 de Agosto del 2015 Por Neko Hoy ha sido mi primera vez. La primera vez en mi vida que me he subido a una moto. La primera vez que me he subido y me he dejado llevar, y que bonito es dejarse llevar, que alegria sentir el viento en tu cara y la alegría de un motor y una montura que casi se funde contigo. No vas en un vehículo a motor que se mueve, te mueves tú. Y es una gran diferencia. Que hermosa sensación sentirse sentado a horcajadas en una superficie que abarcas, que rodeas con tus piernas y que te lleva encima, como si fuese un animal. Parece la grupa de un caballo y la sientes así, viva, a punto de relinchar, dar un resoplido y tras ponerse sobre sus cuartos traseros empezar a galopar. Siempre había oido hablar del rollo vaquero transmutado al rollo motero, nunca me lo creí. Pero nunca había montado en moto. Ahora sé que es verdad. Uno se siente libre. Da igual que vayas a 20 por hora dando vueltas como un idiota a un recintro rectangular, eres libre, cada movimiento que haces lo entiende tu montura y reacciona a él, cada giro cambia la perspectiva del paisaje que te rodea, cada sensación del camino la moto te la hace sentir, te cuenta lo que vé. Ahora sé por que le llaman la burra. Había visto Easy Rider y francamente me parecía un tostón, y ese rollo de pelos al viento, sonrisa en la cara y expresión permanente de 'me estoy comiendo la carretera' me parecia un rollo macarronico y una horterada. Pero nunca había montado en moto. Ahora sé que es verdad, sentir el viento en la cara, la brisa peinando tu pelo en direcciones caoticas que se reinventan una y otra vez, las manos en el manillar abarcando toda la inmensidad como si abrazases el mundo, te sientes vivo. La moto te da alegría de vivir. Ahora sé por qué ir en moto engancha y cual es la diferencia con cualquier otro vehículo. La moto no se conduce, la moto te lleva. En la moto no se viaja, en la moto se disfruta. Sólamente he tenido una sensación parecida navegando en un velero entre el viento y el mar. Y es que esa es la verdadera razón por la que tener una moto es tener un poquito más de libertad y conquistar un pedacito más de uno mismo, de nuestro auténtico yo. El que nos hace sentir vivos y nos recuerda que vivir es divertido, que ser feliz es facil. Las pequeñas grandes cosas que nunca se olvidan. Hoy, mientras daba vueltas estupidamente feliz alrededor de un cuadrado, entre camiones en practicas absurdas de pericia y control, yo me sentia por encima de todo, libre, contento y no quería nada más, no quería bajar nunca de esa grupa que me llevaba a través del viento en circulos concéntricos de endorfinas y felicidad [la moto era plateada, asi que se puede decir que era el plateado corcel de mi cuento de hadas particular]. Mientras mi felicidad amenazaba con abstraerme de la realidad, se puso a llover a cántaros y casi a la vez me sacaron de esa máquina maravillosa para dejarsela a un tipo que tenia que hacer un examen. Fue una espera angustiosa deseando más, un trocito más de cielo. Fue quizá poco tiempo pero pasó muchisimo tiempo. Cuando al fin volvió la plateada burra a esperarme otra vez, llovía a mares. Y ahí estaba yo, en manga corta, empapándome bajo la lluvia y mirando la hermosa silueta de mi compañera de viajes oníricos por los límites de la felicidad. Y allí también estaba mi coche con la promesa del cobijo seco y seguro, la comodidad del mullidito sillón, el calor del aire y la cotidiana sonoridad de la radio. Y yo acariciando el sillón empapado de mi compañera de emociones, intentando vanamente liberarle del azote del agua sin importarme para nada el coche, la lluvia o el mundo alrededor. Y sí, queridos amigos, me senté en el sillín empapado por la lluvia, hundiendo mis posaderas en un oceano de lluvia sobre lecho de cuero. Vuelta a la llave, contacto, acelerado y empieza el suave ronroneo que se funde con la lluvia para crear música de excitación. Y ahí me tenéis dando vueltas estúpidamente feliz alrededor de un cuadrado bajo una lluvia de verano. Y era absolutamente feliz. No quería que nada ni nadie me arrancase de ahí. Me sentía como cuando era pequeño y chapoteaba en los charcos embriagado por una felicidad incomprensible pero sin fin. Y es que de eso se trata, queridos moteros, no hace falta comprender la felicidad solo hace falta sentirla y cuando es emocional y física no atiende a razones, simplemente es narcotizante, como el nitrógeno a alta presión. Alegría incontenible en plena erupción. Da igual que sea una estupidez saltar en un charco y empaparse los pies y los pantalones, da igual porque es enormemente divertido y de eso se trata, de divertirse. De ser como un niño, impermeable a la correción social y a la razón, inundado de pasión. La moto te da eso, pasión y libertad. Estamos contentos dando vueltas en moto empapados bajo la lluvia porque es divertido, porque nos divierte mojarnos y sentir la lluvia caer y las gotas dibujar el asfalto al ritmo que refrescan nuestra piel. Es divertido saltar bajo la lluvia de charco en charco! es divertido rodar bajo la lluvia de lado a lado! Hoy ha sido mi primera vez e igual que todas las primeras veces ha sido irrepetible e inolvidable. Como el primer beso, sé que vendrán más, y éstos serán más intensos, con lengua más activa y experimentada, a señoras más hermosas y con mayor pericia bucal, en lugares más románticos o más pasionales, con mayores jadeos y calenturas, pero como el primer beso no habrá ningún otro, ese primer beso nunca lo olvidaré aunque ya haya olvidado muchos otros que despues he saborado. Tampoco mi primera vez en moto la olvidaré, pero he querido dejar constancia escrita de ello para que no olvide las sensaciones del momento cuando éstas adquieran diferente color con la distancia... definitivamente, amo las motos!! Texto sacado del siguiente blog: Rutes de Terraxaman Relatos de moteros Salu2 Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
jmorale Publicado 31 de Agosto del 2015 Compartir Publicado 31 de Agosto del 2015 Muy bueno, compañero. Quizás un poco exagerado, pero la primera vez que subes en una moto y te desplazas, una vez quitado un poco el canguelis típico, es una sensación que no se olvida. Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
j.j.a.f. Publicado 31 de Agosto del 2015 Compartir Publicado 31 de Agosto del 2015 :beer Hola compañero Chulma, muy poético y des pues de analizarlo fría mente es verdad y por eso te engancha la moto en general. Muy bonito y sencillo a la vez y tan bien algo complicado de explicar ya que hablamos de sensaciones y momentos que no volverás a repetir , los habrá parecidos pero no iguales y eso es en esencia la moto. Gracias compañero por hacernos participes de tus vivencias. Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
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